Las bodegas de Galicia sabemos que el mundo de los vinos es complejo. Si eres de los que te gusta experimentar y probar cosas nuevas, seguramente en más de una ocasión te habrá costado decidirte por uno u otro. La amplia variedad de vinos gallegos hace que, a la hora de tomar una decisión debas tener en cuenta otros conceptos además del diseño, el color o la bodega. Pero, ¿cómo hacerlo? Aprendiendo a leer la contraetiqueta. ¡Mira y verás!
Descubre si un vino merece la pena
Aunque en muchas ocasiones las bodegas de Galicia no estamos obligadas a incluirlos, existen una serie de conceptos en la contraetiqueta de un vino que pueden ayudarte a descubrir si merece la pena o no.
La edad de las cepas
En este caso puedes encontrarte el concepto de edad de las cepas o edad de la viña, que significa lo mismo e implica que, cuanto más viejas sean las cepas, mejores son los vinos gallegos que producen.
La altura del viñedo
Muchas bodegas de Galicia pueden situar sus viñas a 600, 800 o incluso más de 1.000 m sobre el nivel del mar. A este respecto, cuanta más altura, mayor será el contraste térmico y, por ende, mejor y de mayor calidad será la uva.
La clase de terreno
Existen diferentes tipos de terreno entre los que te puedes encontrar arcilloso-calcáreo, mineral, pedregoso,… En este caso, cuando el terreno disminuye la capacidad de la cepa de producir uvas, mejor para el vino. Esto se debe a que las uvas deben “estresarse” y, la poca producción que se genera está más concentrada y es de mayor calidad.
La selección de la uva
A la hora de revisar la contraetiqueta de los vinos gallegos, debes fijarte en que la uva haya sido seleccionada en viñedo. Esto significa que solo se utiliza aquella que cumpla con unos requisitos mínimos. También debes tener en cuenta la distancia del viñedo a la bodega. Cuanto más cerca estén uno del otro, mejor para la uva, ya que sufre menos durante el trayecto.
La gravedad
En este caso debes buscar un concepto similar a “uva conducida por gravedad”. Si lo encuentras, ¡perfecto! ¿Qué quiere decir? Que la bodega se sirve únicamente de la ley de la gravedad para mover la uva desde su recepción hasta después de su fermentación. Así se evitan movimientos forzados y violentos cuyas consecuencias son indeseadas para la calidad del vino.